
Muchos son los cambios que ha traído la pandemia, y entre ellos la aceleración de la digitalización. Las comunicaciones se han vuelto virtuales, reuniones de trabajo, clases online, juntas con familiares y amigos, misas, seminarios, ruedades de negocios, negociaciones, acuerdos comerciales, reuniones de directorio y la lista sigue. Casi todo ha evolucionado a “modo virtual” gracias a la tecnología y a la cultura, y a las necesidades humanas de seguir conectados entre nosotros.
Por otro lado, la falta de previsión y el haber aplazado en diversas ocasiones la transformación del negocio hacia el comercio digital ha dejado a algunas industrias casi en banca rota. Esto es evidente para el sector retail, donde las restricciones al movimiento y cierre obligado de las superficies comerciales han supuesto un problema de graves consecuencias. La buena noticia es que las lecciones que estamos aprendiendo, nos prepararán si este “modo virtual” continua.
Lo cierto es que la digitalización llegó para quedarse y las organizaciones y empresas de todo tamaño necesitan contar con plataformas web que les permitan informar sus productos y servicios, comunicarse y atender consultas y reclamos de sus clientes, así como vender a través de ecommerce, marketplaces y redes sociales. Porque hoy, casi todo trámite o compra se puede hacer por internet y si tu empresa no está a la altura, tus competidores se llegarán a tus clientes, porque “si puedo hacerlo de manera virtual, lo haré”.