¿Marketplace o página web propia?

La adopción del comercio electrónico refleja la ubicuidad de los teléfonos inteligentes.  El 2020 todo se aceleró al menos 3 años. El 2019 las ventas de comercio electrónico a nivel mundial ascendieron a unos 4 billones de dólares.

Las cifras son exuberantes y suele suceder que cuando estamos iniciando la digitalización de nuestro negocio no sabemos por dónde partir. ¿Comenzar por un sitio web con carro de compras o un marketplace?.

¿Marketplace o página web propia? A continuación te mostramos las ventajas y desventajas de cada uno para que tomes una decisión informada.

Marketplace vs Sitio web con carro de compra (e-commerce)

  1. Posicionamiento de marca: en un marketplace, nuestra marca se encuentra en un océano de marcas de competidores y a veces también no competidores. Esto facilita al cliente “cotizar” y comparar un mismo producto en diferentes comercios, sin embargo, no genera ningún tipo de reconocimiento ni diferenciación de las marcas que está viendo. A diferencia de esto, en un sitio ecommerce propio, el cliente que lo navega asocia perfectamente el producto que ofreces a tu marca, y por ende, puedes crear poco a poco un grado de fidelización.
  2. Costos: normalmente al desarrollar un sitio web propio nos encontramos con costos “escondidos” que no teníamos presupuestados. Aparte del desarrollo mismo del sitio, tenemos que considerar también el dominio (enlace de tu página) y el hosting (lugar en la nube donde está guardada tu página) en nuestro presupuesto; son valores extras de pago anual o mensual. En cambio, si ingresas a un marketplace, el administrador de este está a cargo de pagar todos esos elementos, por lo que no necesitas preocuparte tú.
  3. Marketing: el marketing es un gasto muy importante para cualquiera de las dos opciones. Sin marketing, nadie sabrá que existe esta tienda virtual  y, por muy bonita que sea, nadie entrará. Cuando participas de un marketplace, es el administrador quien incurre en este gasto y se debe preocupar de la planificación, publicación, manejo de redes, etc. Sin embargo, al mismo tiempo, esto te quita control de lo que se muestra a las personas y nuevamente te pone a prueba frente a todos los competidores. En tu propia web, tú tienes el control y también la responsabilidad de lo que se publica, tarea en la que no necesariamente serás tan eficiente como el experto.
  4. Logística: algunos marketplace tienen ya organizada la logística de recolección y reparto de los pedidos que reciben sus comercios, permitiéndote despreocuparte del tema. A pesar de esto, a veces puede suceder que la empresa asociada no es eficiente o es muy cara para el precio de tus productos, en cuyo caso quizás quieras tener un medio de reparto propio, libertad que una web propia te puede entregar.
  5. Pagos y comisiones: elegir un medio de pago a utilizar puede ser difícil dependiendo de la cantidad de información que te pida el proveedor. Un marketplace facilita este proceso, porque ya existen negociaciones y revisiones previas. A pesar de eso, no hay que olvidar que cada medio de pago cobra una comisión sobre tus ventas, costo que tendrás que asumir en cualquiera de las alternativas, y el marketplace probablemente te cobre otra comisión más sobre estas o algún otro tipo de membresía. Esto último no sucedería si tú fueras el dueño del sitio.

Puntos en común: ¿qué tendré que hacer sí o sí?

Independiente de la opción que elijas, hay ciertos puntos que son primordiales para la venta por internet que tendrás que realizar de todas maneras.

  1. Buenas fotos de producto: como estamos tratando con una interacción digital, el cliente se ve impedido de tocar, oler y sentir el producto que ofreces. La mejor forma de bajarle la ansiedad respecto al producto que está pagando es con buenas fotos. Hoy en día las cámaras de los celulares llegan a ser tan buenas como las profesionales; con un fondo blanco y mucha paciencia puedes tu mismo sacar estas fotos. Entendiendo eso, si no tienes la confianza o el tiempo para hacerlo, es tan importante que vale la pena contratar a un fotógrafo para que lo haga por ti. La buena noticia es que, a menos que estés constantemente cambiando de productos, esto no se hace tan seguido.
  2. Ofertas atractivas: sucede también seguido que hay tiendas virtuales (propias o en marketplace) a las que la gente entra mucho a mirar, pero no se concreta ninguna compra. Esto es un síntoma de que las ofertas que se están realizando no son suficientemente interesantes para el cliente. Por ejemplo, si tienes un producto muy barato, probablemente el costo de envío sea más alto y no valga la pena comprarlo. Crea packs con estos productos u ofrece envío gratuito. Esto es prueba y error. Intenta un método y si ves que no pasa nada, prueba otro hasta que encuentres una combinación que los haga felices a ti y a tu cliente.
  3. Foco en el cliente: siguiendo la misma línea del punto anterior, la meta es hacer feliz a tu cliente para que te compre y, por lo tanto, tú seas feliz porque estás vendiendo. Este elemento no se limita solo a las buenas ofertas, también requiere una buena comunicación, un buen servicio de envío y una buena postventa. Asegúrate de comunicarle a tu cliente en qué estado está su pedido, de cumplir las fechas estimadas de envío y de ofrecerle asesoría si necesitara ayuda con algo. Un cliente satisfecho con todo este proceso tendrá mejor disposición para volver a comprarte. No temas tampoco en pedir un buen review en el marketplace, alguna red social o incluso google; si el cliente quedó feliz, no tendrá problema en recomendarte. 
  4. Comunicación e interacción oportuna: Los clientes, antes de comprar tienen dudas de cómo funcionan los productos o servicios, cuánto duran, cuánto pesan, cuánto tiempo tarda en llegarles, etc.  Tener un chat o whatsapp activo, una sección de preguntas y respuestas, teléfonos, emails y redes sociales para comunicarte con ellos antes, durante y después de la compra crearán una experiencia única de customer service o atención a clientes.

Si estás recién comenzando tu digitalización tienes aquí opciones para evaluar por donde comenzar.  No obstante, con el tiempo siempre es bueno tener vitrina en más de un canal ecommerce, pues de esta forma diversificas tu oferta e incluso puedes segmentarla para distintos tipos de clientes en distintos sitios y marketplaces.

5 consejos para elegir el mejor software para ti

La pandemia del COVID-19 nos ha forzado a todos a cambiar nuestras prácticas y, a la gran mayoría, nos ha obligado a digitalizarnos. Hemos puesto a prueba si servimos para el homeoffice y cada vez más empresas están dejando sus oficinas y espacios físicos en pos de generar ahorro de costos y comodidad para sus trabajadores. Sin embargo, dar el primer paso siempre es difícil. Si nunca haz investigado o crees que no te manejas bien con la tecnología, la idea de elegir un software puede parecer abrumadora. Es por eso que te damos 5 consejos claves para que comiences tu aventura de elegir un sistema.

 

1. Has una lista de los requisitos más importantes del sistema

Crea una historia, sueña e imagina cómo será tu vida con este nuevo sistema. ¿Me levanto en las mañanas y miro un reporte de ventas desde mi celular? ¿Mis vendedores pueden saber qué hay en la bodega sin necesidad de ir físicamente a buscarlo? ¿Puedo crear cotizaciones estando en terreno y mandarlas automáticamente al correo de mi cliente? Con esto tendrás un enfoque claro de lo que es más urgente para partir y podrás buscar lo que mejor se adapte a ti. No trates de solucionar todos los problemas de una sola vez; hay que iniciar por lo prioritario.

2. Define un presupuesto esperado

Muchas veces no sabemos cuánto cuesta un software y no nos atrevemos a dimensionar cuánto deberíamos gastar realmente. A pesar de eso, es necesario que tengas una idea (aunque vaya a cambiar después) de lo que esperas gastar. Esto creará una diferencia entre los tipos de proveedores que busques: si mi disposición a pagar es baja, entonces debes buscar sistemas estandarizados y ver a cuál te será más fácil adaptarte; si tu disposición a pagar es un poco más alta, quizás pueda considerar un proveedor que adapte o desarrolle un sistema hecho a tu medida.

3. Prepara y haz que tus empleados participen

Las gestión del cambio es uno de los temas más difíciles de manejar durante el proceso de digitalización. Tú sabes por qué estás haciendo este avance, pero los demás no necesariamente lo entienden o quizás incluso les asusta. Puedes tener el software perfecto a un precio accesible y que tus trabajadores se rehusen a ocuparlo y no logres ninguna mejora. Habla con ellos y pregúntales también  cómo un sistema podría hacer sus vidas más fáciles; probablemente ellos ven dificultades en los procesos que tú no has visto antes. Hazlos sentir considerados en la decisión y la adaptación al cambio será mucho más simple.

4.  Simplicidad de uso y escalabilidad

Es muy importante que el sistema elegido sea fácil de entender, intuitivo y sin complicaciones: debe facilitar el trabajo, no dificultarlo. La idea es que el cambio tenga un impacto positivo en la eficiencia y no de más dolores de cabeza que los que tenías antes. Al mismo tiempo, es necesario que el sistema pueda seguir creciendo en base al avance de la misma empresa; dado que partimos por lo crítico y más importante, una vez que estemos adaptados a esta primera etapa, podremos seguir agregando los temas que eran un segundo nivel de urgencia y así sucesivamente.

5. Tecnología: que esté en la nube

El concepto de “nube” a veces suena abstracto, pero no es más que el nombre para decir que funcione en internet en vez de instalado en un computador. los sistemas antiguos se tenían que descargar al computador y solo se podían usar desde ahí; en otras palabras, si estabas en tu casa, no podías ver lo que estaba pasando con la empresa. En la actualidad, los sistemas se encuentran en la nube y puedes acceder a ellos desde cualquier aparato conectado a internet casi sin requerimientos de hardware. 

¿Qué es un ERP?

Un ERP (Enterprise Resource Planning o “Planificación de Recursos Empresariales”) es un sistema computacional compuesto por diferentes módulos (clientes, contabilidad, inventario, etc.), que nos permiten mejorar la eficiencia de gran parte de los procesos de tu negocio relacionados con la operación o producción del mismo. Con esto, facilitas y centralizas la información de todas las áreas que la componen: compras, producción, marketing, servicios, proyectos, entre otros. Así puedes tener reportes que compilen la información y tomar decisiones estratégicas del futuro de la empresa tomando en cuenta todos los aspectos posibles.

Una de las principales características de un ERP es su flexibilidad y escalabilidad, es decir, que puedes implementar aquellas funcionalidades que necesitas, sin tener que contratar todo elementos que no usarás. Esto te genera un ahorro en comparación con otros sistemas, pero al mismo tiempo, te deja abierta la posibilidad de seguir creciendo y añadiendo los módulos que puedas requerir.

Algunas de las ventajas de usar un ERP son:

  • Aumenta el volumen de tu negocio
  • Adáptate fácilmente a los cambios del mercado
  • Reduce costos
  • Facilita la toma de decisiones empresariales
  • Mejora tu relación con tus clientes

Si quieres saber más, contáctanos o visita simplegestion.cl.